Como destino turístico, Badajoz, suele verse eclipsado por Mérida, Cáceres y Trujillo, que son más populares. No obstante, la ciudad más grande de Extremadura no debe pasarse por alto ya que ofrece suficientes lugares de interés y atracciones locales para mantenerse ocupado durante todo un fin de semana.

Su emblema es la Alcazaba, construida por los almohades en el siglo XII, pero algunos sugieren que puede remontarse a los orígenes de la ciudad en el siglo IX. Situada a orillas del río Guadiana y fronteriza con Portugal, Badajoz fue un bastión estratégico para los moros durante cuatro siglos.

Otro de los monumentos más representativos de Badajoz, es la Puerta de Las Palmas, una gigantesca puerta con dos torres que daba acceso a la ciudad.

Dominada por la ciudadela, la Plaza Alta es una de las plazas más coloridas y reconocibles de Extremadura. Una antigua plaza de mercado en la época medieval, la Plaza Alta se deterioró enormemente a lo largo de los años. Sin embargo, hace unos años un proyecto de reforma puso patas arriba la plaza, y ahora luce más bonita que nunca.