Lleida cuenta con una rica historia y con atracciones turísticas populares que satisfacen a todos. La provincia de Lleida se caracteriza por sus numerosos pueblos con encanto llenos de arquitectura medieval. Lleida es una de las poblaciones más antiguas de Cataluña, con asentamientos documentados que datan de la Edad del Bronce. Hasta la conquista romana de la Península Ibérica, la zona sirvió de asentamiento a un pueblo íbero, los ilergetes. La villa se convirtió en municipio, bajo el reinado de Augusto, con el nombre de Ilerda.

Durante la Edad Media, Ávila contó con una numerosa e influyente comunidad judía. Los judíos vivían en dos zonas dentro de las murallas de la ciudad: en la esquina noreste alrededor de la Puerta de San Vicente, y en la esquina suroeste entre la Puerta de la Mala Dicha y la Puerta del Puente.

Sin duda la catedral vieja o Seu Vella de Lleida es el edificio más emblemático e icónico de la ciudad. Su construcción se inició en el siglo XIII, en un solar donde anteriormente había una mezquita.

En la colina principal de la ciudad se encuentran las enormes fortificaciones del Castell de la Suda, construida por los moros a principios del siglo IX, la fortaleza fue tomada por los reyes de la Corona de Aragón en el siglo XIII.

La vibrante naturaleza a lo largo del río Segre ayuda a compensar la ajetreada sensación urbana de Lleida, bordea el centro de la ciudad y las zonas históricas se aprietan entre ella y el Castell de la Suda. Es muy agradable caminar por el área del parque fluvial, sin duda una parada obligada.